COLABORACIÓN: POEMAS DE JAZMÍN GARCÍA

AUTORA: JAZMÍN GARCÍA

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Disyuntiva

No me decido entre ser mujer o poeta, 

no sé si atreverme a ser ambas,

igual son tortura, lo mismo se piensan bendición.

Al igual que Eva y Blancanieves,

todos los días muerdo la manzana.

Rasguño y agrieto el molde:

cocina y crianza. 

No sé si enterrar la boca 

y bajar por fin los brazos…

usar las noches como se debe:

dormirlas, en lugar de pensarlas, 

hablar el mundo o caminarlo.

No entiendo qué implica ser mujer,

no puedo lo que se espera de ser poeta,

entre llenar camas y hojas,

sangrar dormida y aullar despierta,

no decido qué ser,

como si en verdad pudiera elegir…

La muerte más atractiva,

la falta que ofenda menos a Dios,

no pude haber nacido ambas: hueso y letra,

como sea, perderme ignorada, 

morder el vientre o la lengua

y morir en manos del hombre

a los pies de la imaginación. 

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Rosa

Como mujer, debo tender la cama,

procurar que un mismo hombre la destienda,

debo siempre optar por las sábanas blancas,

el sexo con besos y caricias.

Cuidar la cama y la virtud, 

no saltar en ninguna de ellas,

desnudarme poco a poco,

un trozo de piel por época:

manos y talones primero, 

siglos para mostrarme desnuda.

Como mujer, debo preferir las rosas

y adornarme el cabello con las espinas, 

cocinarme las ganas, 

y fingir placer aunque no sienta boronas,

procurar tener servida la mesa

y la cama siempre tendida.

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Cruces rosas 

Siempre junto a la pared, lejos de la orilla, 

y mientras procuras no estar del lado equivocado de la banqueta,

te preguntas por qué Dios decidió nacer hombre…

de tu costado brotan astillas.

Clavas cruces rosas, 

miles y miles cada año.

Duele el cuerpo porque no es guarida 

sino invitación de ultraje.

Recuerdas a tu madre humillada,

visitas la tumba de una abuela sumisa,

y tientas la herida, 

el abismo que te señala vulnerable;

tu vagina, 

arde, se mutila y se desgarra.

Amamantada por el seno perseguido (no existe leche más amarga),

naciste del lado equivocado,

aunque camines del lado correcto de la banqueta.

A la virgen se le festeja,  

a la madre: flores e idolatría, 

pero mujer en sí…

Tu madre marchará siempre con tu nombre, 

llorará por tu sombra, 

y serás sólo otra noticia,

la tumba que indigna, pero no se excava,

un recordatorio amargo para nosotras. 

No, ser mujer no sabe a vida, 

es una muerte prolongada. 

Me duele mi sexo, 

y el sexo parece ser lo único para lo que sirvo.

Si voy sola en la calle, corro.

Si veo a un hombre, lo esquivo.

Si es demasiado el dolor, la rabia y el miedo,

recuerdo que (de todos modos) ya estoy muerta, 

y entonces escribo.

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SEMBLANZA:

Jazmín García Vázquez

Estudió Lengua y Literatura Hispánicas de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM. Obtuvo el primer lugar en el VII Certamen Literario Palabra en el viento con el cuento “Los nombres perseguidos”. Ha sido publicada en las antologías poéticas Faros de esperanza, Voces que no se apagan y Nido de poesía. Fue seleccionada como una de las ganadoras en la Convocatoria a Primera Edición por La comuna Girondo con su obra Oscuridades. Su cuento “Cortina roja” fue uno de los ganadores en el Segundo Concurso Nacional de Cuento Escritoras Mexicanas. Es miembro del catálogo de escritores en la plataforma digital ipstori, pertenece al Seminario de literatura y sociedades periféricas (Seilysper), apoyado por el FONCA; es integrante del comité organizador de la Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas (FENALEM) y miembro del Círculo del viento.

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